Esta fachada en la Calle González del Valle guarda el recuerdo de unos trágicos sucesos. Cualquiera que pase por delante puede ser testigo del odio hacia lo religioso que se desató en 1934, de lo cual la voladura de la Camara Santa de la Catedral de Oviedo fue cúspide. En las fotos quizá no pueda apreciarse bien, pero en directo se pueden observar perfectamente todos los impactos de lo que parecen ser diferentes tipos de huellas dejadas por proyectiles quizá de diferentes categorías, de diferentes trayectorias o quizá por su cercanía dejaron huecos de mayor o menor grosor.






